Bajo el puente entre el centro de Sámara y Cangrejal, dos tubos de desagüe salen directamente al cauce del Río Lagarto, haciendo que los vecinos de Sámara sospechen que se trata de agua contaminada.
Estos tubos transportan el agua desde negocios como el edificio de Century 21 y del supermercado Palí, confirmó Eduardo Arnaez, administrador de agua de Sámara. Sin embargo cree que de existir contaminación, la mayoría proviene de Palí, quien produce el mayor volumen de aguas residuales que salen a través de estos tubos. Además, afirma haber observado a empleados de Palí lavando carne, provocando un olor hediondo. “Se han hecho denuncias pero nada se ha hecho” aseguró. Sin embargo, Yolanda Fernández, Gerente de Asuntos Corporativos de Palí, negó las acusaciones y afirmó, “Nuestras plantas de tratamiento son de muy alto nivel”.
Explicó que Walmart de México and Centroamérica, la corporación propietaria de Palí, se asegura que sus tiendas y establecimientos operen de una forma sostenible y amigable con el ambiente. “En el caso de Palí Sámara, cada seis meses nos sometemos a exámenes de laboratorio para comprobar que estamos haciendo las cosas de manera correcta. De acuerdo con el último diagnóstico realizado, nuestro sistema está cumpliendo con todos los parámetros establecidos en la legislación vigente para vertido y reuso de aguas residuales”.
Una de las personas que ha denunciado la situación, Domingo Arias, afirma que la zona cercana al Río Lagarto, por donde sale el agua, es frecuentada por perros y zopilotes. Su preocupación es que estén desechando productos químicos y materia fecal en el río, el cual desemboca en el manglar y el mar. Relató que denunció la situación ante Acueductos y Alcantarillados (AyA) hace un año, luego un funcionario visitó la zona y tomó muestras pero nunca realizó un seguimiento con Arias.
“Todos debemos hacer algo para que eso mejore”, afirmó Arias, enfatizando la necesidad de proteger a Sámara como destino turístico. “La gente puede venir tranquila,” aseguró, resaltando cosas positivas de la zona como el rompeolas natural que hace de Sámara un lugar seguro para los bañistas.
Víctor Manuel Pérez Campos, quien trabaja en la recepción y mantenimiento del Hotel Villas Pepitas, ubicado en la misma calle que Century 21 y Palí, explicó que el verano anterior llamó personalmente al Ministerio de Salud para denunciar la contaminación y acompañó a los funcionarios del Ministerio de Salud para enseñarles las tuberías. Agregó que inspeccionaron el sistema de agua del hotel y todo se encontraba bien. Le informaron que el agua residual de Palí es tratada; sin embargo, si esto es cierto, Pérez se pregunta el por qué del olor.
Durante la época lluviosa, el río se lleva las aguas residuales, explicó Pérez, pero en el verano el agua que sale de estas tuberías se estanca. “Es una hediondez”, afirmó. “Hay gente, niños, que se bañan en el estero”.
El VON solicitó información a Zinnia Cordero Vargas, directora de la sede del Ministerio de Salud en Nicoya, y se nos informó que funcionarios del ministerio respondieron a una denuncia presentada en junio de 2011 e inspeccionaron la planta de tratamiento de aguas residuales de Palí.
“Se emitió una orden sanitaria al establecimiento con ordenamientos que se cumplieron a la fecha. Palí de Sámara tiene planta de tratamiento con vertido al cuerpo receptor ‘Río Lagarto’ y los reportes operacionales presentados ante esta institución cumplen con los límites máximos de vertido”, informó Cordero.
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