Foto por Arianna McKinney
Un nuevo TV y reproductor de DVD ahora son sólo piezas carbonizadas de metal. La nevera aún esta allí pero no funciona. Todo lo que queda son cenizas de lo que solía ser la casa de Argentina Matarrita Arroyo, de 89 años, ubicada en Panamá de Samara, justo después de Barco Quebrado.
Este jueves 31 de enero, durante las primeras horas de la mañana, el hijo de Argentina, Álvaro Matarrita Arroyo, de 67 años, realizó su rutina normal: se preparó para ir a trabajar, cocinó arroz y un pedazo de carne en un pequeño fuego de leña. Pero cuando salió para el trabajo, el fuego continuó y una chispa prendió toda la casa en llamas.
El otro hijo de Argentina, Norman Moraga, que vive al lado, vio la casa en llamas y pateó la puerta para entrar y rescatar a su madre, según Yessica Moreno Matarrita, nieta de Argentina.
Según los registros de la Fuerza Pública de Samara, el fuego comenzó alrededor de 5:35 AM. La policía llegó al lugar a las 6:15 y el Departamento de Bomberos de Nicoya llego a las 6:50, pero para entonces la casa ya estaba completamente destruida.
Moreno dijo que cuando Norman rescato a Argentina, ella estaba dormida y luego preguntó, "¿por qué me sacaron de la casa?". Más tarde se le informó lo sucedido, y al darse cuenta de que su plancha de dientes se había quemado con la casa, preguntó cómo iba a comer. Ella actualmente se queda con su hija, quien la esta cuidando y alimentando con comida blanda hasta que la prótesis pueda ser reemplazada.
Moreno también dijo que después de que Norman sacó a Argentina fuera de la casa, intentaron rociar el fuego con una manguera, pero ésta estaba demasiado lejos, así que dirigieron su atención a mojar la casa de Norman para a impedir que el incendio se extienda.
Álvaro regreso del trabajo para dar declaraciones a la policía y para que, junto con otros miembros de la familia, puedan limpiar los escombros dejados por el fuego. Él todavía no esta seguro donde se alojará ahora que la casa se ha ido, aunque probablemente se quedará con otro familiar.
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