A sus 21 años, el nicoyano José Antonio Guevara Estrada siente que la vida le ha sonreído; es el resultado del éxito que ha logrado como futbolista.
Inició el encuentro con el balón desde los 6 años en la escuela de fútbol de la Asociación Deportiva Guanacasteca. A los 12 años formó parte del equipo de fútbol sala del Liceo de Nicoya. Ahora es jugador en la Primera División con el equipo Barrio Peralta.
Desde el 2010 ha sido llamado a la Selección Nacional de Futbol Sala. Durante ese tiempo ha ido con la “Sele” a Cuba, Panamá, Colombia, Brasil, Guatemala, México, España, Alemania y recientemente participó en el Mundial en Tailandia.
Su inspiración siempre ha sido su padre, también llamado José Antonio Guevara, quien murió en un accidente.
“El día que él murió, yo jugué”, relató Toñito, como le llaman. “Ese día era el cumpleaños de él. Como dedicación, llevé una camiseta por debajo del uniforme que decía “Feliz cumpleaños Pa”; ese mensaje impactó a muchos, que vieron antes que él muriera. Eso me ha marcado. Desde ese entonces, dedico cada momento a mi Pa”.
Su padre también le inculcó la humildad. “Siempre llevo en mi mente la frase de mi papá: “la humildad ante todo, es la clave del éxito”, agregó.
Su madre y su familia son los pilares importantes en la vida futbolística de José Antonio, estudiante de Educación Física, en la Universidad Autónoma de Centroamérica, en San José.
Con el apoyo de su familia, Toñito ha sobresalido en su deporte. Fue a un mundial, donde dice, tuvo que luchar, porque el boleto no es para todos. Él que se pone una camiseta de la Selección Nacional, es porque ha luchado.
Aunque la Selección solamente llegó en la primera fase (luego quedó eliminada), esa fue una experiencia inolvidable para José Antonio, donde pudo compartir experiencias de otra cultura. Por ejemplo, los platillos de los tailandeses están acompañadas de insectos como grillos, gusanos, cucarachas; además, ratones y ranas entre otros animales.
“Bangkok es una ciudad impresionante; los bailes culturales realmente algo fuera de serie. En mi estadía en Tailandia, pude aprovechar el tiempo y darle un vistazo a ese país que está lleno de mucho colorido de muchas cosas interesantes que en nuestro país no se puede ver”, relató el nicoyano, de contextura delgada.
Dijo que los tailandeses son muy amables, y también le llamó la atención el culto de Buda ya que su mamá es amante de las imágenes de Buda.
“Conocer otros países, otras culturas, nos hace madurar como persona y como jugador; eso llena de mucha satisfacción. Siempre soñé ese momento y por mi actitud ganadora y positiva llegue hasta donde yo quise”, contó. |