Fotos porThe Macaw Project
La población de lapas rojas (Ara macao), las cuales solían ser abundantes en la Península de Nicoya, ha disminuido a través de los años. Sin embargo, actualmente se realizan esfuerzos para recuperar esta población.
Nelson Marín Mora, director del Área de Conservación Tempisque en Nicoya, explicó que actualmente existen pocas lapas en la península, principalmente porque la gente captura estas aves de colores vibrantes para venderlas como mascotas. Sin embargo, Marín aseguró que la nueva Ley de Conservación de Vida Silvestre será de gran ayuda, ya que incluye fuertes sanciones y multas de hasta 1.2 millones de colones para aquellas personas que mantengan especies silvestres en cautiverio sin autorización.
“Es más bonito que estén en su estado natural”, afirmó Marín. “Verlos en una jaula es muy feo”.
Algunas lapas han sido vistas cerca de Bolsón en Santa Cruz, aseguró Marín. Otra zona en donde se encuentran lapas nativas es en el área entre los parques nacionales de Barra Honda y Palo Verde. Luego de encontrar un nido, se estableció un proyecto de cuido en Barra Honda. En él, las personas cuidaron del nido durante meses hasta que las aves bebés nacieron y fueron liberadas.
Además, se estableció un sitio para la liberación de lapas en el Barceló cerca de Tambor y aproximadamente hace un año, el Proyecto Ara introdujo lapas a Punta Islita, utilizando anillos y chips de identificación. Las aves se aclimataron y acondicionaron a la zona antes de su liberación. Así mismo, se realizó un estudio sobre su dieta. Marín relató que esta dieta incluye almendras de playa, nances y jocotes silvestres, entre otros.
Chris Castles, codirector del Proyecto Ara, explicó que liberaron a 10 lapas (cinco parejas) en Punta Islita el año anterior, de las cuales siete se asentaron exitosamente. Tres desaparecieron. Una segunda liberación de lapas está prevista para el mes de febrero.
El Proyecto Ara también busca reubicar su centro de reproducción ubicado en La Garita a Punta Islita. “La gente de Punta Islita ha donado una propiedad de 2½ hectáreas al proyecto para que podamos mudarnos y llamar a este sitio nuestro hogar permanente”, agregó Castles.
La educación ambiental también se ha llevado a cabo en escuelas de Barra Honda y Punta Islita con el fin de alentar a todas las personas de la zona a proteger a las lapas. Marín afirmó que la educación ambiental es uno de los componentes principales del proyecto.
De cara al futuro, Marín asegura que les gustaría establecer un proyecto de protección en otro sector entre Nicoya y Santa Cruz para que posteriormente las distintas poblaciones de lapas puedan tener un intercambio genético. Sin embargo, establecer un proyecto de este tipo requiere ubicar una propiedad adecuada así como un respaldo organizacional y económico.
Si desea obtener más información sobre el Proyecto Ara en Punta Islita o si desea donar fondos o materiales de construcción para el futuro centro de reproducción, escriba a [email protected] o visite el sitio www.thearaproject.org.
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