Foto por Arianna McKinney
Hamburguesa, pizza, pollo frito y perros calientes…todos tienen en común que además de ser comidas muy populares, poseen efectos dañinos a corto y largo plazo en la salud de quienes los consumen con frecuencia.
Y ahora con la apertura del nuevo Burger King en la esquina del cruce sumamente transitada en la entrada de Nicoya, entre Santa Cruz y Nandayure, tiene a algunos nicoyanos preocupados por el cambio en sus hábitos alimenticios.
Cuando hablamos de comida y hábitos alimenticios en la península de Nicoya relacionamos inevitablemente el arroz y los frijoles, las tortillas y rosquillas como parte de la dieta tradicional de los guanacastecos.
Y es que los habitantes del cantón de Nicoya son reconocidos mundialmente por vivir en una de las llamadas zonas azules del planeta, según el sitio www.bluezones.com, el cual destaca que los nicoyanos planean sus comidas de forma que comen la comida más grande durante la mañana dejando la más liviana para la noche.
Sin embargo, lo que nuestros abuelos cosechaban muchas veces en sus solares y luego cocinaban y preparaban con esmero para disfrutarlo en la mesa en familiar, ha sido cambiado por una generación que cada vez camina más de prisa y que en ocasiones hasta ya no le alcanza el tiempo para comer juntos.
En Nicoya ya es más común ver restaurantes que ofrecen dentro de su menú alimentos de fácil preparación pero con alto contenido de calorías. Su efecto incide directamente no solo en la apariencia de quien los consume sino también en su estado de salud, pues puede empezar a padecer enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, según nutricionistas.
Por ejemplo, Mauricio Espinoza Álvarez, nutricionista del Centro de Educación y Nutrición Infantil de Atención Integral (Cen-Cinai) en Liberia, explicó que la cantidad de calorías que posee un “combo” elaborado en un restaurante de comidas rápidas ronda entre las 2500 y 3000 calorías, lo que equivale a la ingesta diaria recomendada.
“Cuando una persona ingiere esta comida en realidad esta consumiendo de una sola vez las calorías que necesita por día”, comentó. “Por lo que si esa persona consumiera 5000 calorías al día tendría problemas de sobrepeso”.
Además, Espinoza indicó que quienes llevan una vida sedentaria son candidatos no solo de ganar peso sino de propiciar enfermedades como la hipertensión, diabetes y daños renales.
“Las comidas rápidas están cargadas de azúcar, sodio y de grasas saturadas, por lo que es más difícil para el cuerpo procesarlas y desecharlas del organismo”, señaló.
Muchos de quienes viven en Nicoya se preocupan por el cambio en la dieta de las personas. Por ejemplo el nicoyano Aramis Suárez comenta que en cuanto a “la cultura de la comida chatarra, Costa Rica le ha dado apertura, lo cual se ve con el grado de obesidad, además de la gran contaminación ambiental que genera los desechos que producen”. Por su parte, Benedicto Peña, vecino de Nicoya, opina que “la comida rápida siempre va a repercutir en la dieta, principalmente de la juventud”.
Espinoza recalcó la importancia de comer bien, lo cual lo define como el ingerir la cantidad apropiada de cereales, frutas, verduras, carnes y lácteos; distribuidas en al menos cinco tiempos de comida diarios. Además, él recomienda que como complemento a una buena alimentación, el ejercicio regular de al menos 30 minutos cuatro veces por semana es fundamental para la salud del organismo. |