Sin importar nuestra edad, todos tenemos momentos en los que simplemente se nos olvidan hasta las cosas más simples, como dónde dejamos las llaves o los anteojos, se nos quedan cosas sin comprar en el supermercado o dejamos algún mandado sin realizar. Si bien es cierto, muchas veces esto nos pasa por descuido y por no prestar atención a lo que hacemos, pero otras veces simplemente se nos olvida.
Es por esto que muchos de nosotros, y en especial las personas mayores, en ocasiones nos preguntamos: ¿será que me estoy volviendo loco? ¿Será que ya estoy muy viejo y en poco tiempo no voy a recordar ni mi nombre? ¿Me estará iniciando el Alzheimer?. Es por esto que aquí les presentamos algunas diferencias entre la pérdida de memoria normal y aquella relacionada a la demencia.
Personas olvidadizas: No es una condición progresiva ni discapacitante (si bien es cierto, las personas mayores pierden de manera gradual receptores del cerebro y los neurotransmisores disminuyen, provocando cierto olvido de las cosas, esto se considera en cierta medida como un proceso normal). Esta característica se empeora cuando están bajo situaciones de estrés, fatiga, enfermedad o se encuentran distraídos. Normalmente se recuerdan de las cosas después. Además pueden realizar sus actividades normales sin problema, pueden volver a casa sin desubicarse, continúan relacionándose con otras personas y generalmente ellos mismos están más concientes de su problema que aquellas personas que los rodean.
Personas con demencia: en ellos la pérdida de memoria es tan grave que interfiere con sus actividades diarias y el trabajo. Se puede observar como la persona va perdiendo sus capacidades mentales, provocando que cada vez ocupe más ayuda para todo. La persona no se queja de que se le olvidan las cosas, porque no está conciente de ello, ni recuerda eventos que ocurrieron hace poco. No son capaces de mantener una conversación, pierden el interés en las actividades sociales e interactúan de manera inapropiada en estos eventos. La familia es la que esta al tanto del padecimiento del paciente.
Lo bueno es que la pérdida de memoria es un proceso que podemos evitar. De hecho existen muchas actividades que podemos realizar para preservarla como lo son leer, hacer crucigramas, jugar ajedrez o “Sudoku” e ir a clases de algo que nos llame la atención y que estimule nuestra creatividad y agilidad mental. A todos se nos olvidan las cosas, por lo que cada uno debe aplicar sus propias técnicas para recordar la información y eventos importantes, como el escribir las citas y actividades en una agenda, siempre colocar las cosas en el mismo lugar o dejar recordatorios para que no se nos olvide algo importante.
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Mejore su memoria con estos simples hábitos
Por Dra. María José Zamora
Ponga en práctica los siguientes consejos y agudice su memoria:
• Opte por una dieta que beneficie su memoria: el apio, fuente importante de luteolina (un flavonoide que disminuye la inflamación crónica en el centro de memoria del cerebro), ayuda a mejor la memoria, disminuye la depresión, retrasa la demencia y hasta se esta investigando su papel en el tratamiento del Alzheimer. ¡Consúmalo como prefiera: en bocadillos, licuado en jugos o en trocitos en ensaladas!
• ¿Pollo, carne o pescado? Sin duda alguna elija el pescado, ya que este es rico en ácidos grasos omega-3 el cual, gracias a sus efectos antiinflamatorios, disminuye significativamente el riesgo de desarrollar una demencia.
• Tome una siesta: cierre los ojos durante al menos 6 minutos ( ¡si, solo seis minutos!). Esto refresca su mente y le ayuda a mejorar su capacidad mental para terminar el día de una manera más efectiva. Diversos estudios han demostrado que aquellas personas toman una siesta diaria obtienen mejores resultados en ejercicios de memoria que aquellos que no lo hacen.
• ¡Converse cerca de sus amigos! Comparta, llámelos, ayude como voluntario o participe en grupos con intereses comunes, como equipos deportivos, grupos orientados a actividades artísticas, grupos de lectura, yoga, etc. El mantenerse socialmente activo estimula las sustancias químicas del cerebro, brindando una sensación de mayor bienestar y aceptación, disminuyendo así la pérdida de la memoria. |