Este sábado 15 de diciembre, el Refugio de Vida Silvestre de Nosara tuvo la oportunidad de liberar uno de sus monos después de que el simio sufriera un accidente cerca de la ruta camino Nicoya.
El 16 de noviembre, Marcela Mora Castillo conducía con algunos amigos hacia Nicoya para visitar a su madre, cuando fue testigo de un accidente que sucedió delante de sus ojos. La víctima: un mono congo hembra de cinco años.
“Yo pienso que no lo hizo (el conductor) con culpa, el frenó pero no frenó completamente, entonces el señor le pasó a la monita por encima. Yo venia con unos compañeros y no traía tanta prisa. Yo y mis amigo paramos para ayudar. Le pusimos “Camila'.
Castillo llevó a Camila a un veterinario en Nosara, inconsciente y sangrado. El veterinario la cosió y remendó las patas de Camila, donde se centraba la mayor parte del daño. También le indicó a Castillo que la llevara a el Refugio de Vida Silvestre, liderado por Brenda Bombard, para que Camila tenga un lugar donde recuperarse.
"Estaba todavía inconsciente cuando llegó aquí," dijo Bombard. " Por suerte no tenia nada roto, pero tenia algunas laceraciones en las piernas. Le di Powerade a través de una jeringa para que tenga fluidos y electrolitos en ella."
Bombard dijo que tuvieron que atenderla durante cuatro semanas para restablecer la salud y su eventual regreso al mundo exterior.
Ese sábado, Bombard y Castillo tomaron una perrera con Camila dentro de detrás de la camioneta, donde la mona estaba con su boca abierta y sus ojos negros mirando duramente a las personas a su alredor desde la parte posterior de la caja de plástico. El par de mujeres tomaron cada lado de la perrera y caminaron unos cien metros.
Bombard abrió la puerta para que Camila vea el lugar al que fue llevada. Aún sacudida por los nervios, ella se acurrucó en la parte posterior de la jaula durante unos minutos antes de comenzar a avanzar con cautela.
Sus negras garras tomaron los bordes de la perrera, mientas su cuerpo caminaba torpemente hacia fuera y su cabeza miraba los pares de largas piernas humanas alrededor de ella quienes estaban con cámaras en mano para documentar el momento. Caminó a un árbol de Guacimo cercano, puso su mano alrededor del tronco y por primera vez en cuatro semanas, se fue lejos como un mono libre.
“Es como un milagro verdad?, la vida,” dijo Castillo. “Se siente bien.”
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