La comunidad de Garza tiene una gran comunidad de pescadores quienes viven de la pesca y el turismo. Foto por Adam Dietrich.
En la mañana del lunes 19 de noviembre, Juan Rafael Hernández Salguera (conocido como Juan Mora) de Garza, recibió una llamada telefónica para avisarle que su barco no estaba. El ancla había sido cortada.
Su barco fue encontrado más tarde pero despojado de gran parte de su equipo. Sin radio, brújula y lo peor de todo, sin uno de los motores y la cubierta del otro motor. Para volver a pescar, debe invertir 6 millones de colones en un nuevo motor y 1,5 millones de colones en la reparación de la cubierta del otro motor.
Lo que es peor, esto no es la primera vez. Hernández dijo que le robaron otro motor hace un año y medio y que la pérdida fue entre 12 y 13 millones de colones. En esa oportunidad, él presentó un informe con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), pero esta vez, él no lo va a hacer, señalando que, para cuando llegue a Nicoya a presentar el reporte, ya no tendría oportunidad de recuperar el motor. "No pierdo mi tiempo y dinero en ir a Nicoya," comentó.
A pesar de que hay un guardia en la bahía de Garza que llamó al OIJ y a la guardia costera, Hernández se siente desilusionado. Explicó que para él, la gente nunca no ve nada, o si ven algo, no les importa.
Este robo no es un incidente aislado. El año pasado, VON reportó el robo de 5 motores durante una noche en la zona de Samara. También, Jeison Vargas, Jefe de la Policía Turística en Guiones, dijo con que en el 2009 hubo un caso de tentativa de robo en Garza, en el que había una persona a bordo bajo cubierta. El guardia estaba armado, y también lo estaban los ladrones. Se intercambiaron disparos. Aunque los ladrones se fueron sin robar nada, Vargas comentó que este incidente demuestra la naturaleza potencialmente violenta de estos robos.
Se sospecha que la mayoría de estos ladrones son de Puntarenas. El Jefe del OIJ en Nicoya, Luis Eduardo Jiménez, dijo que los ladrones de motores generalmente se movilizan en las áreas de Puntarenas o Quepos. Jiménez también comento que la policía sospecha de la existencia de grupos organizados dedicados a robar motores exclusivamente en áreas de playas remotas.
Sin embargo, los robos se producen en la noche, cuando los barcos están anclados y sin protección, y no hay testigos, haciendo difícil la investigación. Luego los ladrones modifican los motores rápidamente, lo que hace difícil localizarlos después.
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