Muchos clasifican y etiquetan a los adolescentes de “indisciplinados”, “inadaptados sociales” y “consumistas”. Los padres de familia los creen “un caso perdido” y que “no hace caso, no sabe lo que hace, ni se comporta como grande”. Estas son algunas de las muchas expresiones que pude escuchar a lo largo de 5 días de convivencia con dos adolescentes, y sus amigos, en la comunidad de Nosara.
A favor de los padres y adultos, debemos admitir que convivir con un típico adolescente puede ser bastante frustrante y agotador. Aquellos jóvenes que tienen entre los 13 y 21 años de edad se caracterizan por tener una actitud efusiva, rebelde e incomprensible.
A su vez, la vida de los adolescentes en un pueblo pequeño como Nosara puede ser muy diferente a las de los que viven en ciudades como Nicoya o San José. Las capitales ofrecen mas opciones deportivas, talleres creativos y lugares para socializar que las comunidades rurales. Entonces, cuando de ser adolescente en Nosara se trata…¿Qué tienen en mente estos jóvenes?,¿Cómo aprovechan su tiempo y cuales son sus sueños?
Características clásicas de los adolescentes
Empecemos por entender que es ser adolescente. Todos pasamos por esta etapa, es un periodo natural del ser humano en su desarrollo biológico, psicológico, sexual y social. Se trata de un largo recorrido en los que el cuerpo, mente y la vida propia van a experimentar un sinfín de modificaciones que dejarán huellas para el resto de la vida.
“La palabra adolescente significa que adolece o que carece. La mayoría de los jóvenes carecen de experiencia en la vida, no saben afrontar los retos, con frecuencia experimentan muy pronto y eso hace que se equivoquen, otra característica de la que carecen es el no saber escuchar, el pensar que tienen respuestas para todas las situaciones”. Explica la psicóloga Carmen Alfaro, Master en Psicología Educativa y profesora en enseñanza media en el Ministerio de Educación Pública (MEP) de San José.
Agrega que algunas de las características presentes en esta etapa es el interés excesivo por vivir cada minuto intensamente, sin medir las consecuencias de sus actos, y sin importar lo que piensen o digan los demás.
Los adolescentes no sólo manifiestan interés por estar en contacto con su grupo de amigos, también hay quienes pasan conectados a Internet, leyendo un libro o envueltos en su música durante horas. Todas estas acciones son actitudes típicas de la travesía profunda e inconsciente que tienen en el viaje hacia su propio ser.
De la ciudad a la playa
La psicóloga Alfaro señala que “En zonas rurales es más controlado el ambiente donde se desenvuelven el grupo de pares (amigos), los lugares que se frecuentan. Mientras que en zonas urbanas sus pares pueden ser de lugares muy diferentes en donde no se conoce a las familias y asisten a muchos lugares sin que los padres tengan control de ello”.
Nelson López es un adolescente de 19 años dedicado a su trabajo, tranquilo, solitario, con pocos amigos porque así lo desea. Proviene de San José pero hace siete años que vive en Nosara.
Cuando los padres de Nelson decidieron mudarse para la costa, buscaban nuevos aires para respirar, un lugar tranquilo y donde se pueda vivir en paz, sin el estrés y la inseguridad que la jungla de concreto genera. |
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Nelson no estaba seguro si venirse para un lugar de playa era lo que deseaba, no quería dejar sus amistades y no se sentía seguro de abandonar su hogar y empezar una nueva vida lejos de la que estaba acostumbrado a ver.
A sus 13 años, llego al colegio de Nosara. El todavía no se sentía en su “charco”, ni contento con el lugar ni las personas que lo rodeaban, sintiéndose incómodo y en desconfianza. Asistía al colegio las veces que quería y repitió sétimo año, pero a pesar de esto, siguió adelante con los estudios. Hoy todavía esta lidiando con español, única materia que le hace falta para concluir su quinto año y presentar los exámenes de bachillerato.
Nelson trabaja desde hace un año, se siente bien en lo que hace, cuenta con personas que lo quieren y apoyan, su ambiente de trabajo es casi íntimo, donde todos se ven como una pequeña familia. El es quien cada día se encarga de ponerle sabor al lugar de trabajo, con sus “salidas” espontáneas, chistes y bromas que hace a sus compañeros.
Junto con su madre, tomó la decisión de sacar dinero de su salario para ayudar a la casa con algunos gastos. Los domingos y algunas tardes libres después del trabajo, patina o surfea.
Actualmente Nelson agradece a sus padres el hogar y la tranquilidad que tienen en Nosara, ”No hay robos, no hay pleitos a cada rato, no hay balas, no hay huelgas”, dijo. Se siente libre y acepta que fue la mejor decisión que pudieron tomar .“Por suerte me vine, estaba empezando a ser malo” acepto.
Socializando virtualmente
Los cambios que pueden llegar a sufrir los adolescentes no son solo de lugar, muchos de ellos no son palpables, no dependen del “escenario” donde crecen, sino que son invisibles, mas sutiles y también mucho mas profundos. No hay duda que el acceso a Internet es positivo. Se puede acceder a información útil e importante como también se puede interactuar con diferentes personas alrededor del mundo. Pero en el siglo XXI, es más fácil comunicarse a través de las redes sociales (Facebook, Twitter o chat), que afrontar diversas situaciones sociales cotidianas. Se esta priorizando la comunicación virtual a la comunicación personal y directa y, con celulares de alta tecnología con acceso a Internet las 24 horas, además del chat, ipad's, ipod's, Bluetooth, notebooks, etc”, los adolescentes no pueden escapar de esta nueva tendencia.
Lindsey Díaz Lindsey tiene 14 años. Es “tica” pero de padre estadounidense, por lo que su español e ingles son perfectos. Lindsey es una de los tantos adolescentes que a su corta edad ya manejan dos o mas idiomas. Durante las tardes, luego de terminar su tarea escolar, pasa el resto del día conectada al Facebook o chateando con sus amigas, pero algunas tardes le gusta ir al centro de Guiones con sus amigas para ver a los chicos patinar.
Esta joven ha tenido varios cambios. Nacida en Estados Unidos, llegó a Costa Rica cuando tenia un año de edad. Su escuela la comenzó en Heredia, pero para sexto grado pasó a otra escuela en Coronado en donde solo hizo medio año porque dijo su antigua escuela “le gustaba más”.
Así como tuvo cambio de escuelas, también hubieron cambios en su convivencia. Durante medio año, mientras finalizaba sexto grado, vivió con su abuela paterna, pero al volver a la escuela en Heredia pasó a vivir con su otra abuela materna. No le gustaba mucho vivir con sus abuelas, dice que son “muy formales y no muy permisivas”, así que decidió venirse para Guiones a vivir con su mamá.
En su primer año de colegio, viajaba hasta Nicoya, levantándose todos los días a las cuatro de la mañana. Hasta que para su octavo año escolar, en el 2010, abrió la institución privada bilingüe, Home School Beach Academy Nosara (HSBAN). Hoy ya esta cursando su noveno año y tiene clasificaciones muy buenas, dice que le gusta el horario y que todos los profesores son de su agrado, teniendo preferencia por español, estudios sociales y ciencias, su materia favorita.
El futuro en sus manos
Nelson, luego de experimentar un gran cambio en su vida, tiene metas para su futuro y sueña con ser arquitecto, sabe que siempre hay nuevas oportunidades y esta convencido en poder adaptarse a medida que la vida ocurre. Mientras que a Lindsey todavía le cuesta decidirse que quiere ser en la vida adulta; un día dice que va a estudiar criminología y al siguiente decide que va a ser médica. Eso si, a su corta edad, ha aprendido a ser independiente y determinada con lo que quiere ya que le gusta tomar sus propias decisiones, y tiene claro que sus estudios en la universidad los hará fuera de Costa Rica.
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