En estos días de enero, VON se llevo la gran sorpresa al descubrir que Víctor Rodríguez, pintor mexicano de gran renombre y nombrado líder contemporáneo de la nueva generación de artistas internacionales, decidió pasar unas vacaciones junto a su novia en Nosara, hospedándose en el hotel L’ Acqua Viva Resort, donde hay tres de sus obras.
Víctor a visitado Costa Rica en dos ocasiones, siempre en San José por que la galería Klans Steinmetz lo representa, pero en tres años de no tener vacaciones, decidió visitar Nosara. Dice que lo que más le ha gustado es que es justamente lo contrario a Brooklyn, N.Y, la ciudad en donde vive desde hace 16 años. Para Víctor el clima, el sol, las playas, el bosque selvático y la tranquilidad de no tener bombardeo de comunicación y publicidad, “es la receta perfecta para estar de vacaciones”.
Víctor a exhibido extensamente en el mundo, incluyendo el Museo de Arte Contemporáneo en San Diego, California, y el Instituto de Arte Contemporáneo Flint, en Monterrey, México. En el 2002, el obtuvo el Primer Premio en la XI Bienal Rufino Tamayo, de la ciudad de México. Estas son solo algunas de las muchísimas exhibiciones y premios que este artista ha producido.
Nacido el 14 de enero de 1970, Victor Rodríguez es un artista de gran reputación, conocido principalmente por su trabajo en fotografía y pintura. La fotografía la utiliza como una guía para tener claridad en lo que quiere pintar y así su pincel viaja de la fotografía a la pintura.
No estudió arte en ninguna escuela, sino que ha desarrollado sus proyectos como auto didacta, y desde que comenzó a pintar, todos sus cuadros son en acrílico sobre telas. “El arte es una sola cosa y la pintura es un lenguaje, como hay otros más, como la música. Mi interés siempre ha sido con las pinturas estrictamente”, comentó Victor.
Sus cuadros están inspirados en la mujer, quien es el objeto de estudio principal. Pinto a su ex esposa durante muchos años y a su hija de 13 años que la ha visto crecer y se enriquece al verla convertirse en mujer, “Es la parte más importante de mi vida” dijo.
También utiliza modelos, a quienes antes de pintarlas les toma fotografías haciendo como una especie de escenario, o como el lo llama: “un fragmento de película congelada”. Es esa imagen la que emplea como referencia para su futuro cuadro.
La relación que tiene con las mujeres que pinta es rigurosamente profesional, pero confiesa que se ha involucrado sentimentalmente alguna que otra vez, “no es una condición, no tiene nada que ver con el cuadro”, aclaró.
Víctor se basa en un casting previo para seleccionar a la mujer que va a interpretar un personaje, un rol. Sus creaciones rehúyen de los retratos, ya que no representa a la persona en su propia identidad, es solo actuación.
No cree formar parte de la corriente del hiperrealismo, aunque sus cuadros están clasificados en esta categoría. Cree que el hiperrealismo es una pintura con una trampa óptica, entonces Victor clasifica sus cuadros como “foto realismo o foto delgado”, porque su aspecto óptico es el de una fotografía, su idea es que se parezcan más a una proyección de pantalla de cine.
Los dueños del Hotel L’acqua Viva tienen tres obras originales de Victor, pero debido a las inclemencias del clima en Nosara, decidieron realizar copias y exhibirlas en su resort. Cuando le pregunto sobre que le diría a su futuro espectador, Víctor recomienda proyectar de sí mismos en la obra, “esto es lo que hace una buena obra. |