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¿Cómo sería despertar una mañana y decidir cortar el ritmo de su vida normal a la mitad, vivir más despacio y saborear los placeres simples de la vida? En lugar de "tragarse" esa taza de café en la mañana o ese batido, puede disfrutar cada trago mientras se detiene un momento y disfruta los brillantes rayos de sol que entran por la ventana. En nuestras vidas aceleradas frecuentemente vamos a velocidades vertiginosas y después pagamos las consecuencias. Las relaciones se sienten fragmentadas, los niños y aquellas personas que nos importan se mueren por nuestra atención, se disparan nuestros niveles de estrés y nuestra salud sufre.
Cuando bajamos el ritmo conscientemente y decidimos no apresurarnos, con frecuencia hay una reacción inmediata. Nuestro crítico interno se acelera y nos reprende, "no estas haciendo suficiente, continúa, trabaja, no seas vagabundo…". Y después viene la culpa. Sin embargo, cuando bajamos la velocidad y permitimos que la vida se mueva a un ritmo más lento es que nuestros pensamientos más creativos emergen y fluyen e, irónicamente, nuestros niveles de productividad a menudo mejoran. |
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Entonces el enfoque se trata sobre la calidad con una mayor atención en los detalles y no necesariamente en la cantidad. Y, como consecuencia, somos más felices y encontramos más tiempo para disfrutar lo que esta justo en frente de nosotros en lugar de buscar la siguiente mejor cosa. "El vivir más despacio le da la perspectiva necesaria durante aquellos momentos de transición y estrés", explica el Dr. Richard Carlson, consultor de estrés y psicoterapeuta.
Nuestra capacidad de poner atención, de momento en momento, ha sido llamada muchas cosas pero sobre todo, atención plena. Un pionero en el campo de la atención plena basada en la reducción del estrés (MBSR, por sus siglas en inglés), Jon Kabat Zin, afirma que, "La atención o conciencia plena es una forma de poner atención que es curativa, restauradora, que le recuerda quien es usted realmente para que pueda ser Humano y no un humano que solamente hace."
Afortunadamente aquí en la costa de Guanacaste la mayoría de nosotros hemos decidido vivir a un ritmo más lento y nuestros días no son una tan solo la imagen borrosa de horas repletas de actividades. Pero si usted es propenso a hacer demasiado, aún estando de vacaciones o necesita un recordatorio para reentrar en su "otra vida", les brindamos una lista con 4 formas que le ayudaran a disminuir el ritmo.
• Aléjese durante 10 minutos. Cada día tome algunos minutos para salirse del tiempo convencional - permitiendo que su mente divague y relajando su enfoque. Con frecuencia, es aquí cuando estamos más abiertos a los impulsos creativos y a la respuestas.
• Establezca prioridades sobre que es lo más importante para usted y aprenda a decir no.
• Haga una lista de que "no hacer" en vez de una lista de "que hacer".
• Cada día dedique un rato a realizar una actividad consciente o a un ritmo más lento. Un caminata tranquila, una comida despacio o el participar en algo que le brinde gran placer a un ritmo menor al normal. Observe como cambia su estado de animo.
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