La deshidratación, la exposición prolongada a la luz solar, los bajos ingresos económicos, así como enfermedades hereditarias son factores que suman para que la cifra de muertes por insuficiencia renal haya aumentado hasta ocho personas en los últimos 15 días en Cañas.

Por lo menos así lo aseguró el Dr. Marvin Palma director del Centro de Atención Integral de Salud (CAIS), tras la inquietud que surgiera recientemente por la sospecha de altos niveles de arsénico en el agua que ingieren los habitantes del cantón. “Mas del 80% de los pacientes reportados (al CAIS) por insuficiencia renal son pacientes jóvenes, varones, con niveles socioeconómicos bajos, y en su mayoría son jornaleros expuestos a los golpes de calor”, aseguró Palma. Recientemente, los vecinos de la comunidad se vieron conmovidos tras la muerte de una joven de 19 años quien luchó durante varias semanas contra una insuficiencia renal. Palma informó que desde hace dos meses el CAIS se vio obligado a instalar una unidad de Diálisis para así evitar trasladar a los pacientes hasta el Hospital Enrique Baltodano en Liberia.

La diálisis peritoneal es un procedimiento médico que se realiza a los pacientes que han perdido su función renal, el CAIS en Cañas efectúa este procedimiento a cuatro pacientes diariamente. Foto con fines Ilustrativos de http://pacienterenal.general-valencia.san.gva.es.

En cuanto a la relación del arsénico con la insuficiencia renal, Palma afirmó que no hay un estudio científico local que confirme que los niveles actuales de arsénico en el agua sea la causa directa de los padecimientos de insuficiencia renal. Sin embargo, manifestó que es un factor que no puede ser excluido.

El pasado 23 de abril, el periódico digital crhoy.com publicó que unas “23 comunidades de la zona norte consumen agua con cantidades de arsénico superiores a las que permite el Ministerio de Salud, y aunque la Sala Constitucional le dio curso a un recurso que presentaron los vecinos en la zona y al riesgo que implica consumir agua con arsénico, las autoridades dicen que el problema se tendrá que resolver paso a paso.

En tanto Pablo Guevara, director de la oficina de Acueductos y Alcantarillados (AyA) en Cañas efectuó un llamado a la calma de la población pues afirmó que el nivel actual de arsénico es de 7 microgramos por litro de agua, tres unidades menos al máximo permitido de 10 microgramos por litro, según muestras mensuales enviadas y analizadas en el Laboratorio Nacional de Aguas del AyA.

“Mes a mes estamos informando al Ministerio de Salud sobre la calidad del agua, nosotros mismos tomamos las muestras y las enviamos al laboratorio en San José. Todas nuestras fuentes de producción se están monitoreando, que forma parte del Programa Nacional de Vigilancia en la calidad del agua”, explicó.

Guevara aseguró que desde 2010 el AyA de Cañas abastece a la población con cinco pozos que contienen el líquido vital. Dos de ellos están ubicados en el centro de la ciudad y los otros tres en la comunidad de Sandillal. Anteriormente, Acueductos contaba con uno más, sin embargo fue en ese mismo año que el sexto fue clausurado por contener niveles elevados de arsénico.

Según la Organización Mundial de la Salud, el arsénico es un veneno cancerígeno que está presente de forma natural en niveles altos en las aguas subterráneas de algunos países.

El Dr. Marcos Sequeira, del departamento químico del Laboratorio Nacional de Agua del AyA confirmó que en el 2010 se sacó de operación el pozo Sandillal 6 pues contenía entre 24 a 36 microgramos de arsénico por litro de agua.

Según la publicación digital, las comunidades de Cañas se encontraron hasta 186 microgramos por litro de agua aunque el AyA ha logrado reducirlo hasta en un 90%.

Sin embargo, Sequeira manifestó que actualmente los niveles de arsénico son menores a la norma establecida por el AyA y que las muertes de los pacientes se debe principalmente al tipo de ocupación laboral.

Por último el director del CAIS negó las versiones sobre la falta de recursos e infraestructura necesaria para atender a los usuarios de los servicios médicos. “El centro no requiere fondos pues tiene toda la capacidad instalada y todo el equipamiento necesario”, aseguró.

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