Vale la pena hacer el montañoso y sinuoso camino a través de la selva de Costa Rica hacia el pequeño pueblo de Punta Islita. Encaramado en la cima de una colina en el centro del pueblo hay un hallazgo único; el corazón del primer Museo de Arte Contemporáneo al aire libre en Latinoamérica.
El espacio artístico está compuesta por todo tipo de piezas no tradicionales. Todo, desde el mosaico colorido en la pared de la escuela primaria, los rostros tallados a mano en los pilares de la cancha de fútbol, loliart que unen los puntos de la calle principal de adoquines, incluso un árbol manchado con espejos, y otro con tela, todos forman parte de la exhibición del Museo. Es difícil saber dónde comienzan a el arte y done la infraestructura; el pueblo ha logrado un buen equilibrio entre belleza y funcionalidad.
Este espacio de inspiración carece de paredes y un techo, no encontrará carteles exigiendo "Favor no tocar" o se encontrar con personal solicitándole que haga "silencio por favor". Aquí la proximidad entre el arte y el público no conoce límites.
"Este es un lugar donde la gente puede venir y sentirse libre para experimentar el arte sin todas las reglas. Es un lugar de libertad artística y de inspiración,", dijo Marta, quien administra la tienda pequeña y colorida, donde se vende arte local.
El museo funciona como algo más que un espacio para mostrar arte. Gracias a la visión de Loida Pretiz, cofundadora del Museo, el museo alberga talleres para fomentar la creación de arte para miembros de la comunidad local. Artistas de Papaturro, es un taller conformado por un grupo de mujeres de las comunidades aledañas. Su propósito es rescatar la tradición del arte de tela hecha de materiales locales. Bosquemar, es un grupo que recoge madera de la playa y crea arte con él. Otro taller orientado hacia una multitud de jóvenes, Jóvenes Islita, alienta a los niños y adolescentes a ser creativos.
El Museo está situado en el cantón de Hojancha, a unos 30 kilómetros al sur de Samara y Playa Carrillo. |
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