En los últimos años, los medios de comunicación y la tecnología han ido ganando terreno y entre ellos, junto con la Internet, la televisión sigue reinando. Hoy en día este aparato es casi un objeto obligatorio en la mayoría de hogares alrededor del mundo y Costa Rica no es la excepción. Los programas de cocina de la mañana, el noticiero del mediodía, la novela de la tarde y el reality de la noche se han convertido en casi rituales. Y en medio de esta rutina los niños, sin importar que tan pequeños sean, se ven expuestos cada vez a edades más tempranas a este aparato, llegando a desarrollar fuertes vínculos de dependencia con el mismo.
Con frecuencia la televisión es utilizada como una niñera, como reemplazo para los padres o como una forma de entretenimiento para los niños mientras están en la casa. Resulta muy conveniente para muchas personas dejar a sus hijos frente al televisor mientras hacen las labores domésticas, trabajan o sencillamente cuando desean descansar un rato. Pero ¿cuál es el impacto de este comportamiento sobre la salud y el desarrollo neurológico y social de sus hijos?
A finales del mes anterior, ante la creciente evidencia científica y el aumento acelerado en la cantidad de programas, dibujos animados y DVDs disponibles para niños, la Academia Americana de Pediatría (AAP) lanzó una advertencia a todos los padres sobre los posibles efectos de la exposición y el uso de ciertos aparatos electrónicos en niños menores de 2 años. A pesar que la mayor parte de los padres considera que la televisión educativa es una herramienta importante en el desarrollo de sus hijos, la AAP asegura lo contrario: en este grupo la televisión no puede considerarse como educativa y, por el contrario, provoca trastornos de desarrollo, así como una disminución en la exposición al lenguaje y a vocabulario nuevo y en la interacción entre el niño y sus padres.
Luego de los 2 años, edad en la cual casi un tercio de los niños ya cuenta con un televisor en su propio cuarto, el observar este aparato por más de dos horas diarias se ha visto asociado a problemas de obesidad, trastornos del sueño y de concentración. Así mismo, el uso excesivo de la televisión y demás aparatos electrónicos altera la dinámica familiar. Cuando un televisor se encuentra encendido, este se convierte en el centro de atención, disminuyendo la interacción y la comunicación entre los miembros del hogar.
Según datos de una encuesta realizada por la empresa UNIMER en setiembre del 2010 en costarricenses entre los 12 y 75 años de edad, el 87% de las personas encuestadas aseguraron ver televisión durante el día, mientras que el 53% asegura escuchar la radio y tan solo el 34% lee el periódico. Esto demuestra como, al igual que en el resto del mundo, la presencia de los medios de comunicación masivos en nuestra vida diaria se ha convertido en un creciente problema de salud pública.
Padres: ¡manos a la obra!
Por Dra. María José Zamora
Si siente que la televisión o los video juegos son la mejor niñera o el calmante perfecto para sus hijos, aquí algunas recomendaciones:
– Recuerde: ¡los niños menores de 2 años no deben ver televisión! Luego de los 2 años limite el tiempo únicamente a dos horas por día.
– Los niños nunca deben tener un televisor dentro de su dormitorio.
– No tenga el televisor encendido cuando nadie lo está viendo. Estudios demuestran que los padres interactúan menos con sus hijos cuando este está encendido. Además se ha comprobado que, aún si están jugando, los niños volverán a ver hacia el televisor un promedio de tres veces por minuto, recibiendo el llamado efecto de la "televisión de segunda mano".
– ¡Apague el televisor y comuníquese con sus hijos! Hable con ellos. Las evidencias demuestran que entre menos converse un niño en etapas tempranas de su desarrollo, más pobre será su lenguaje.
– La televisión no es una herramienta educativa. Sus hijos necesitan interactuar con su entorno y con las personas que los rodean para así aprender y desarrollar un pensamiento crítico y habilidades para solucionar problemas. Para esto no es necesario un televisor
– Y finalmente recuerde: fomente siempre el juego independiente en sus hijos. El jugar, crear y hacer cosas por ellos mismo sigue siendo la mejor forma de aprendizaje para los niños. |
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