Rio Nosara, foto – Felipe Lopez
Los costarricenses tenemos una forma distinta de pensar y actuar, y esa puede ser la razón por la cual la situación de la ASADA Playas de Nosara capturó mi atención y preocupación. Conozco los problemas de Costa Rica, pero también conozco muchos de los motivos por los cuales miles de extranjeros sueñan con vivir en este pequeño y pobre país.
Contamos con un sistema de salud público, nuestra educación es gratuita,más del 25% de nuestra tierra es parte de un sistema de reservas naturales ya sea privadas o nacionales y, como si fuera poco, contamos con el sistema democrático más sólido de Centroamérica. Nuestros ciudadanos son los más felices del mundo. Vivimos más años, sonreímos a los desconocidos y compartimos todo lo que podemos, aún cuando llegamos aquí primero y a pesar de que otros utilizan los recursos naturales de nuestro país aún más que nuestras propias familias.
Pensamos que los recursos naturales y los servicios primarios deben ser accesibles para cualquier persona en cualquier parte del país. No hace tanto (y aún en algunos pequeños pueblos de Costa Rica) el agua se distribuía de manera gratuita – los costarricenses no podían tan siquiera imaginar lo que sería cobrar por una necesidad tan básica como esta.
El concepto de agua como una “necesidad básica” es una de las razones por las cuales protegemos los bosques, sembramos árboles y somos cuidadosos con nuestra utilización del agua, protegiendo las fuentes hídricas e intentando limpiar el agua que ha sido contaminada. Además, sabemos que el agua que tomamos día a día, aún si debemos pagar por ella, sigue siendo un bien público. Por esto, la mayoría de las ASADAS en Costa Rica cobran montos básicos que les permite mejorar su infraestructura, con el fin de poder compartir el agua con más personas, siendo este su propósito principal.
No estoy en contra del manejo, por parte de extranjeros, de la ASADA de Guiones. Pero si les pido que entiendan su responsabilidad pública y el respeto que deben mostrar por nuestra forma de vida, nuestras leyes y tradiciones.
La ASADA de Guiones es manejada como un gobierno paralelo, mucho más poderoso que la Municipalidad de Nicoya, el CFIA y el AyA; ellos regulan con el poder del agua, decidiendo quién y cuándo se podrá desarrollar un proyecto. Han establecido procesos complicados para adquirir el agua, solicitando a sus futuros abonados aportar una lista de documentos mayor a la que exigen el CFIA y la Municipalidad juntos. Pero esto no es nada comparado a las tarifas de miles de dólares que cobran por una conexión de agua.
Esta ASADA justifica sus excesivas tarifas con el “excelente” servicio que brinda a sus ya abonados. Sin embargo, el servicio no es mejor que el que obtenemos, a menos de dos kilómetros de distancia, en el Pueblo de Nosara, donde la ASADA es administrada por Ticos y las tarifas son hasta 25 veces menores.
Además de manejar a su antojo el desarrollo de la comunidad, la ASADA ha establecido un sistema basado en el miedo. Aterrorizan a futuros desarrolladores haciéndoles creer que lo que planean construir es ilegal o anti-ecológico y, por otra parte, aterrorizan a sus actuales abonados, diciéndoles que están en riesgo de perder sus servicios privilegiados, si se diera el caso de que las tarifas establecidas por la ASADA fueran reguladas o si el control del mismo pasara a manos costarricenses del AyA.
La crisis económica mundial ya ha tenido un gran impacto sobre Nosara. La industria de la construcción está prácticamente detenida, y muchos de los empleados de la construcción, que son aproximadamente el 80% de los hombres del pueblo, se encuentran desempleados. La negativa de la ASADA de proveer agua está empeorando esta situación al no brindar nuevos permisos de agua desde hace más de tres meses, apagando así la llave del progreso. Para lograr una conexión de agua de esta ASADA, el proceso tarda meses y hasta años, después de desgastantes y costosos procedimientos legales. Por el contrario, en el pueblo de los Ticos, una conexión de agua es establecida en menos de una semana y con una gran sonrisa – de gratis.
La ASADA de Guiones se queja de no contar con suficiente presupuesto con el cual mejorar su infraestructura y, sin embargo, gastan millones de colones en costos de abogados y en procesos burocráticos internos. Todos los proyectos que, por estos motivos, no son realizados representan no solo menos fuentes de trabajo para la comunidad sino que detienen la gran cadena de empleos y actividades relacionadas al turismo.
Es urgente que la Municipalidad de Nicoya ejecute un plan regulador para que podamos desarrollar esta zona de manera sostenible. Pero es aún más urgente que el Gobierno de Costa Rica intervenga la ASADA del Proyecto Americano de Nosara para que así se reestablezca la actitud solidaria, humilde y respetuosa ante la ley, con personas que estén concientes de que, en Costa Rica, el agua es un recurso público.
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