El municipio está tratando de ordenar los registros de las propiedades que hayan sido inscritos de forma incorrecta en Garza, Nosara y Sámara. Estas propiedades incluyen zonas verdes, bienes demaniales y calles en Sámara y Nosara, así como zonas no concesionables en la Zona Marítima de Garza.

El alcalde, Marcos Jiménez, indicó que el Departamento de Catastro está evaluando la situación y esperan contar con toda la información necesaria para marzo del 2013. Una vez listos presentarán el tema ante la Procuraduría con el fin de desinscribir las propiedades que no estén bien registradas. Byron Rosales, ingeniero del Departamento de Catastro de la Municipalidad, explicó que cuando una finca madrees segregada, la ley de planificación urbana estipula que el 10% de la propiedad debe asignarse como zonas verdes, calles y espacios públicos para la comunidad.

Agregó que en algunos casos esta ley sí fue respetada, sin embargo, en otros casos, existen dudas que están siendo investigadas. Según el Reglamento de Fraccionamiento y Urbanización, todas las áreas de uso público deberán ser traspasadas a favor del dominio municipal.

Las zonas verdes del Proyecto Americano
El alcalde Jiménez explicó que cuando se creó la zona conocida como el Proyecto Americano en Playa Guiones y Pelada, dentro del distrito de Nosara, la municipalidad pasó por alto el concepto de urbanización en  aquel momento. Según Jiménez, esto permitió que personas inescrupulosas inscribieran distintas zonas verdes y terrenos públicos a nombre de sociedades anónimas y a título personal. “El concepto que tiene la municipalidad es recuperarlas y embellecerlas para todos”, afirmó Jiménez.

Inicialmente cerca de 150 hectáreas de zonas verdes y parques, áreas que habían sido asignadas para permanecer en su estado natural, se encontraban a nombre de Amigos de Nosara S.A., una sociedad anónima que ya fue disuelta. En el 2004 las zonas verdes fueron donadas a la Asociación Cívica de Nosara (NCA por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro.

En la edición de enero del 2004 de VON, la NCA informó que los espacios verdes habían sufrido a manos de inescrupulosos negocios de bienes raíces, precaristas y propietarios que movían sus cercas. En junio del 2004, ante los rumores que indicaban que Amigos de Nosara estaba vendiendo las zonas verdes, la NCA declaró que “las ‘zonas verdes’ son y siempre serán ‘zonas verdes’ y nunca se venderán”. Además, en diciembre de 2004,la NCA afirmó que, bajo el convenio de donación, “las zonas deberán mantenerse y administrarse siempre en un fideicomiso, y nunca alterarse de su estado natural; incluso se han tomado las medidas necesarias para proteger estas zonas en el caso improbable que la NCA se disuelva”. La NCA afirmó que los límites de las zonas verdes fueron identificados y demarcados, por lo que se le pedirá a los propietarios que regresen sus cercas a la ubicación correcta. Además, los senderos para caminar y andar a caballo se ampliarán para el disfrute del público en general.

Bobbi Johnson, actual secretaria de la NCA y quien ha sido miembro de la Junta Directiva durante 18 años, relató que la NCA recibió las zonas verdes de Amigos de Nosara en el 2004, estando todas estas zonas bajo el programa Bandera Azul y bajo el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (FONAFIFO), un programa de protección del MINAET.  Afirmó que los registros ecológicos evitan que la NCA pueda vender o desarrollar cualquiera de estas tierras. Se mantendrán siempre “verdes” y solo pueden utilizarse para el “bien de la comunidad”, como para la colocación de un pozo o tanque.

En cuanto a la posibilidad de ceder dichas zonas, Johnson afirmó que, cuando el Proyecto Americano inició hace más de 40 años, el desarrollador del proyecto sí intentó dar un 10% de las mismas a la Municipalidad de Nicoya. “En aquel momento en Nicoya no sabían que Nosara existía, por lo que no pasó nada”, dijo. Sin embargo, a Johnson le preocupa que si los títulos de propiedad son cedidos a la municipalidad, estas podrían terminar siendo desarrolladas.

No obstante Marcos Ávila, presidente de la Asociación de Desarrollo de Nosara y quien afirma que no se deberían generar títulos de propiedad para las zonas verdes, asegura que este es el mayor problema. Ávila aseveró que, si bien se respetó el requisito del 10% del desarrollo urbano, estas zonas verdes deberían estar en manos de la municipalidad. Por consiguiente, el 18 de marzo del 2009 presentó una denuncia contra el Concejo Municipal de Nicoya y Amigos de Nosara S.A., solicitando una investigación detallada del caso. Ávila afirmó que el municipio no ha cumplido con su deber de reclamar estas tierras. Después de algunas investigaciones, en mayo del 2010 el caso fue enviado por la fiscalía de Nicoya a la Procuraduría General pero aún no ha sido resuelto.

La idea de Ávila es que una vez que las tierras sean traspasadas al municipio, se deberá formar una comisión que supervise las zonas verdes en convenio con la Municipalidad y la Asociación de Desarrollo.

Finca madre de Sámara
Lo que es ahora el pueblo de Sámara perteneció anteriormente a la finca madre de la familia Castillo. Cristina Castillo aseguró que su familia está más que dispuesta a traspasar las propiedades a la Municipalidad tan pronto como se resuelva un asunto legal en los tribunales. Afirmó además que están en conversaciones con el alcalde acerca de cómo solucionar la situación. Relató que en el pasado han intentado traspasar las tierras en cinco ocasiones bajo administraciones municipales anteriores, sin embargo las cosas no estaban en orden. Explicó que la escuela y la iglesia ya fueron traspasadas, pero el parque, el salón comunal y algunas de las calles en el barrio conocido como El Canto de los Gavilanes aún están a nombre de la sociedad de su familia, Alcaravan 343 S.A. 
 
Bonifacio Díaz, síndico de Sámara, explicó que estas propiedades deben estar a nombre de la Municipalidad. Indicó además que algunos proyectos, como el mantenimiento vial, el desarrollo del parque de Sámara, el permitir a los artesanos colocar mesas en el salón comunal y la posibilidad de colocar una puerta adicional en el salón comunal, el cual tiene solo una puerta aunque por ley debería tener tanto una entrada como una salida de emergencias, se han retrasado a causa de la emisión de los títulos de propiedad.